martes, 8 de junio de 2010


he visto una peli de superhéroes. y no son de mi gusto, y casi nunca me entretienen, pero, a veces, cedo al parecer de mi otro gajo de naranja...
siempre busco un trasfondo... tantos años diseccionando literaturas traen consecuencias nefastas para el subconsciente, que, alterado en su sueño, no cesa en la costumbre de intenta desentrañar misterios y descifrar códigos ocultos detrás de cualquier imagen y palabra... incompatible con un personaje con capa y traje de lycra (quién le hará los trajes a los superhéros??, me pregunto siempre... habrá una especie de inditex ultra-aparatoso y secreto que diseñe, recicle, cosa y marque tan ceñidos atuendos???, en fin...)
total, que, concentrada yo en mi afán de ver detrás de los espejos, me evado por momentos de la trama argumental (tan densa y llena de correferencias... snif, ironía) y me pongo a pensar si aquí y ahora, en el mundo, el momento, el lugar que me ha tocado venir a bien caer cabría un ser de moral excelsa, intención de nobleza, un ser dedicado al bien ajeno, a la más soberbia gloria de las bondades éticas del ser humano...
carcajadas. sonoras carcajadas. hoy por hoy, si no se hubiese ido a vivir a la India, el fallecido y nunca suficientemente añorado Vicente Ferrer sería pasto de la crisis económica, la globalización del pensamiento, le bajarían el sueldo y prohibirían hacer uso de su deseo fumador autodestructivo, le tildarían de loco y, probablemente, acabaría convertido en un recluso de un hospital mental aferrado a ideas condenadas o, lo que es peor, en un empleado de banca con deseos capitalistas de medrar y pisar...
volví a la trama... ahora entiendo por qué mi compañero de vida gusta tanto de estos personajes de capa y superpoder... son el sueño de cualquier utópico...
... todo poder conlleva una gran responsabilidad...