domingo, 7 de agosto de 2011

al olvido




como en la canción de los Elefantes, regalo al olvido todo lo que guardo en el cajón, en ese cajón donde he ido acumulando basura inservible, lastres, cadenas del recuerdo oscuro.
ha llegado el momento de hacer limpieza y volver a empezar; de dejar espacio vacío para rellenar porque, como en el autobús, si no sale alguien no se puede entrar.

hoy mi media langosta me ha preguntado quién soy, desde cuándo he desarrollado todos estos hábitos autodestructivos que se han asentado como rutina, por qué últimamente veo tanto la tele y leo revistas de "chicas" que antes me resultaban repulsivas... dónde estoy yo entre este barullo, estre todo este ruido...
tengo la impresión de que en algún punto que no recuerdo eché a andar y perdí el rumbo, y ahora no sé regresar al hogar, como si el mar hubiese borrado mis huellas en la arena, como una Gretel que ha llegado a la casita de dulces para descubrir que todo es un engaño, y empacha...

es tiempo de desandar lo andado. de parar y mirar alrededor. de coger la mano de Hansel y huir y, como en otra canción del ya roto grupo de Shuarma, "abrir más ancho el camino" de vuelta a casa...

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